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Mostrando las entradas de diciembre, 2010

Perdonando a otros o cambiando yo...

Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen... Lucas 23:34  Lo que hago en las mañanas cuando llego a la oficina es leer algún pasaje de la biblia y tengo mi tiempo de reflexión pues los de mi oficina llegan algo más tarde que yo. Llegando hoy a la oficina una compañera que es algo montaña rusa con su estado de ánimo, hoy precisamente anda como en la parte alta del mal humor, y no perdió oportunidad de hacerme un comentario que no me resultó agradable por  razones personales. En ese momento pasó por mi mente frases que pasan a ser “comunes” para tales situaciones: “y esta entrometida, ¿qué le importa?...”Déjame quedarme callada para no decirle dos o tres cosas”… (Y sabemos en que reglón cae la palabra “cosa” en buen dominicano). Decido no responder, la compañera no dice mas y continuo con mi lectura obviando el mal rato y me toca leer este verso que se aplica tan bien: “perdónalos que no saben lo que hacen”… y se me sube “el cristianismo” a la cabeza y repito el

Cuando me acuesto...

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En paz me acostaré, y asimismo dormiré;  Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Salmo 4:8 Dios nos cuida en toda circunstancia y sin condiciones, que nos mantengamos en actitud de alabanza y adoración le agrada, pero aun eso no es un requisito para contar con su protección. Está el ejemplo de nuestras horas de dormir;  Dormir: Estar en un estado de reposo en el que se suspende toda actividad consciente y todo movimiento voluntario.  En las noches no podemos hacer ningún acto consciente de seguir, adorar o servirle a Dios.  Saber que mientras duermo estoy algo lejos de “la vida” y reconocer que Dios supervisa mi respirar durante esas horas en la noche, me hace sentir grandemente bajo su cobertura. Una hermana me contaba que unos ladrones se habían metido en su casa y se habían robado absolutamente todo; lo hicieron durante el día y ella dio gracias a Dios porque no fue en la noche y ella y sus dos hijas no corrieron peligro.   Como era de esperarse, estuvo un