Cuando me acuesto...
En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Salmo 4:8
Dios nos cuida en toda circunstancia y sin condiciones, que nos mantengamos en actitud de alabanza y adoración le agrada, pero aun eso no es un requisito para contar con su protección.
Está el ejemplo de nuestras horas de dormir; Dormir: Estar en un estado de reposo en el que se suspende toda actividad consciente y todo movimiento voluntario. En las noches no podemos hacer ningún acto consciente de seguir, adorar o servirle a Dios.
Saber que mientras duermo estoy algo lejos de “la vida” y reconocer que Dios supervisa mi respirar durante esas horas en la noche, me hace sentir grandemente bajo su cobertura.
Saber que mientras duermo estoy algo lejos de “la vida” y reconocer que Dios supervisa mi respirar durante esas horas en la noche, me hace sentir grandemente bajo su cobertura.
Una hermana me contaba que unos ladrones se habían metido en su casa y se habían robado absolutamente todo; lo hicieron durante el día y ella dio gracias a Dios porque no fue en la noche y ella y sus dos hijas no corrieron peligro. Como era de esperarse, estuvo un tiempo algo nerviosa, pensando en si los ladrones volvían en la noche y Dios le recordó este verso y volvió a dormir en paz…
Para mi cada día termina con rutina de recoger la habitación, preparar la ropa para el día siguiente, estudiar o ver algo en la tv, orar. Pero también es tiempo propicio para recapitular antes de cerrar los ojos, acerca de las cosas que me han sucedido y como muchos, me acuesto pensando en algún problema y puedo caer en la tentación de desvelarme. Aveces me da ansiedad antes de acostarme y una de estas noches me empeñé en memorizar este verso y lo repetía una y otra vez.
Luego decidí seguir la lectura del libro de Isaías (en el que estoy actualmente meditando) y Dios me revela otra de sus hermosas promesas:
Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Isaías 17:14
¿Qué más puedo decir? La turbación esta y vendrán inquietudes, malos sueños y preocupaciones y Dios me termina diciendo, que duerma tranquila, que cuando despierte el enemigo ya no será más…
Gracias Señor
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