“¿Consejera de mi novio? "

Mi novio y yo somos muy uno con el otro, en el sentido de que hablamos mucho y el suele contarme mucho de lo que hace y me pide consejo.
Incluso (para mi sinsabor) cuando tiene alguna lucha por alguien que aparezca mostrando interés en el o que a el le pueda interesar.
Según el, es un tormento, esta muy enamorado de mi pero las tentaciones están a la orden del día..., me imagino si me pusiera en sus zapatos que no seria fácil querer mantenerse firme para no herir a su pareja...
En fin, el tema no es la lucha que el pueda tener o no, ya lo que suceda o no, no soy quien lo vaya a frenar, pero el tema es que es a mi que me cuenta sus cosas y eso no seria problema si no se me metiera ese nudo en el estomago y si no se me llenara el corazón de celos.
Cuando me dijo algo parecido anoche, me dio ganas de reclamarle el solo hecho de que hubiera alguien rondando y me frene porque me dijo que me cuenta esas cosas porque es a mi a quien tiene confianza y que si tuviera intención de ceder, no me dijera nada... yo con lo desconfiada que soy, pasa por mi cabeza mil y un pensamiento negativo...
Que creen de esto? es bueno ser confidente de mi novio? o lo mando a buscarse un amigo para que le cuente esas cosas?

Contenido de las respuestas:

Siempre he tenido problemas con el tema de la “sinceridad” no porque la considere mala, solo que a veces me ha resultado algo inoportuna.
Tal vez no sea inoportuno el que dice algo con el corazón en un momento de “tormento del alma”, mas bien podría ser inoportuna la reacción del receptor.

Recuerdo defender con mucho ahínco el tema de porque confesarle a una pareja que se le ha fallado, encontré mucha gente que no estuvo de acuerdo con mi opinión acerca de ese tipo de “sinceridad” que pienso muchas veces que rompe la línea tan importante de “respeto” hacia mi prójimo (que es mi compañer@).

Con relación al tema de la confesión me gusta mucho las ilustraciones de los apóstoles Pedro y Judas…
Uno que optó por una confesión sincera, seguida de arrepentimiento sincero, el otro que no tuvo valor de confesar su falta, se ahorcó con su error, dejando como consecuencia (aun fuera el plan de Dios) una tragedia desatada, que culminó con muerte…

“Soy de las que piensa que cuando una pareja te cuenta algo, mas que por confidencia es por confesión, y claro que eso es parte de lo que trae el sentimiento de culpabilidad…”

Un día leí en un libro de consejería conyugal algo que por fin respaldo mi teoría: ¿Porque amargarle el momento a tu pareja con un sufrimiento culpabilidad con el que debes ser el único responsable de lidiar?...

Pedro, negó tres veces a Jesús. Es exactamente lo que hacemos cuando le fallamos a nuestra pareja, al igual que Pedro juramos que no fallaríamos nunca al ser amado, porque no sabemos aun de que somos capaces. En el momento de errar solo estamos pensando en nuestro ser, entonces nos “canta el gallo” y es el sonido de alerta a nuestra caída.
Jesús sabia que tipo de personas había elegido entre sus amigos, sabia de ante manos que le fallarían, no solo Pedro y Judas lo hicieron, también los que se durmieron en lugar de velar en oración con El.

“…porque sabemos que cuando estamos enamorados lo "ideal" seria que nos cegáramos a los demás cuerpos voluptuosos que nos rodean (y eso lo aplico a los dos géneros)...
Por supuesto que si él me cuenta esas cosas es porque se siente culpable de tan solo dar cabida a pensamientos con otra persona... pero mi dilema no es ese, yo tampoco soy de hierro! “

Igual cuando llegamos a un compromiso de pareja aunque vamos queriendo confiar en total fidelidad y que todo será color de rosa, sin ser pesimista; sabemos que nos unimos a un ser humano de igual condición que nosotras…

Cuando Pedro se lanzó de aquella barca y Jesús le preguntó tres veces si lo amaba, había “verdadero amor” involucrado. Pedro sabía que le había fallado y por eso se arrepintió, y Jesús sabía que ese fallo no condicionaría ese amor.
Por eso Pedro no tuvo que ir corriendo a los pies de la cruz a Justificar ante Jesús porque lo había negado…
De ahí en adelante Pedro fue parte importante del inicio de un gran ministerio apostólico…

Cada vez que nos reunimos con nuestras parejas al final del día, lo que nos reafirma como tal, es la muestra de amor que ambos profesamos, y dejamos atrás cualquier posibilidad o duda de lo que pueda interferir entre nosotros…

En cuanto al respeto, no al que debemos evitar faltar antes de una caída, en ese punto esa confesión-arrepentimiento, si no ha sido algo “publico” debe ser solucionado directamente con Dios, seguida de asumir la “responsabilidad y actitud” de tratar de no recaer y ser “sinceros con nosotros mismos”
Ahora bien, esta el respeto a la tranquilidad emocional de tu pareja, somos seres humanos que lamentablemente tenemos una naturaleza pecaminosa no solo por estar del lado del que cae, sino del lado del que no tiene la madurez o la fortaleza de asumir ciertas confesiones…

Cuando somos los receptores y nos toca estar en la dura silla de “escuchar verdades” a modo de “confesión”, tendríamos que estar muy asidos aunque sea de la bata de Cristo para no reaccionar de mala manera.

Tal vez Pedro aunque tuvo que ver cara a cara a quien negó, ya con solo sentir el perdón directo de Jesús solo tenia que salir adelante y no volver a pecar, tal vez ese impulso fue el que lo lanzó al agua al reconocer a su maestro en la distancia.

Judas lo hizo distinto, demostró en ese tiempo que no había entendido de que se trataba el amor de Dios, y le fue más fácil caer en el remordimiento y ahorcarse…

1 Corintios 13:4-7
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Cuando no entendemos de qué se trata el amor, preferimos salir huyendo al lado contrario y se nos olvida que ya estamos atados a otra persona y corremos y corremos sin darnos cuenta que vamos arrastrando a alguien y que le vamos haciendo daño…

"No le cuento..."
No por esconderle, solo que a los que me pueden rondar, no los considero relevantes, soy mas cortante, mi actitud es que si estoy en una relación, por el momento no estoy a disponibilidad, por eso mantengo limites en ese aspecto. Y que se yo... no me sale hablarle de esas cosas y créeme él si se molestaría.

Marcos 4:14-17
14El sembrador siembra la palabra. 15Y estos son los que están junto al camino donde se siembra la palabra, aquellos que en cuanto la oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos. 16Y de igual manera, estos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo; 17pero no tienen raíz profunda en sí mismos, sino que sólo son temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan y caen.

Esos versículos revelan la manera en que opera el diablo. Nos dicen que en el momento que la Palabra de Dios es sembrada en nuestros corazones, él empieza a trabajar para quitarla de ahí; empieza a sacarla para que no eche raíces.
¿Qué herramienta utiliza para hacerlo?: La herramienta del tropiezo

Envía a alguien a que nos ofenda o hiera nuestros sentimientos. Hace que alguien nos irrite y nos provoque para que nos pongamos a pelear. A veces estamos tan tranquilos con nuestra relación con Dios y los que el nos regala “por añadidura” que el enemigo no puede estar tranquilo.

La sinceridad es buenísima, el problema es que es una de las virtudes que lamentablemente se pueden volver en contra…

No sin razón se nos dice en Efesios 4:26-27: "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo".
Dar lugar al diablo en nuestra vida por medio de la ofensa y la discordia, es como abrirle la puerta para que entre a robarnos la Palabra; y la Palabra es la que nos sana, nos protege, nos libra de la maldición y nos traslada a una vida de bendición. Y lo más importante: la Palabra es la que nos arraiga y nos cimenta en el amor de Dios.

“Señor, te pido cada día que por favor tengas misericordia de mi, que ilumines mis pensamientos, que hagas mi corazón, sea puro ante ti y que me enseñes como ser paciente y a perdonar a los que me ofenden, porque tu has perdonado cada una de mis ofensas”

En nombre de Jesús,
Amen
21 de Abril de 2009

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