Parecia que era...


Después de sugerencias de mis hermanos a escuchar la predica de Fausto Liriano: "Parecer en vez de ser", comenzaría por hacer referencia a un gracioso comentario que hizo ¿Qué es ser un impostor para mi? Para mi, no suena precisamente como un piropo, de hecho, cuando unas hermanas me comentaron del mensaje y mencionaron la palabra “impostor” me sentí aludida no en plano positivo.

Y cuando empecé a escuchar el mensaje fue casi imposible hasta sentirme “acusada” sobretodo por mi situación actual.  Pero a medida que seguía escuchando, no me sentí justificada pero si entendí mi realidad y lo que he estado viviendo.

Reconozco que ciertamente me volví una impostora, tal vez no de manera consciente, pero  aunque mi relación con Dios la consideraba sincera me deje llevar por “parecer” más cerca de Él que estarlo.

Lo irónico es que Dios no me hizo descubrirlo solo con mi caída, bastante aparatosa por cierto, sino con mi reacción siguiente: consideré seriamente dejar de asistir a mi iglesia, busqué mil y unas razones para ir “mientras tanto” a otra congregación, analicé tanto el no querer escuchar o sentir reproches, me imaginaba miradas cuestionantes y un sin número de cosas que era muy probable que consiguiera lo contrario de lo que “yo buscaba”: No dejar de congregarme. Cuando escuché el mensaje anoche, me di cuenta que mi preocupación mayor era como explicar lo que yo había Parecido ser todo este tiempo delante de la iglesia.

También me di cuenta que en ocasiones hasta intenté encajar en círculos en los que no tenía cabida, solo por seguir “pareciendo ser”

Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.  Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan3:20-21

A pesar de que no fui ese día, el que mencionara una mujer embarazada fue tremenda punzada para mi, el que se tomara en cuenta de que algún hermano o hermana tal vez tenía los días contados por estar cansado de “parecer ser” y eso me estaba sucediendo a mi... Porque no enfoqué mi relación solo con el Señor, sino que traté de incluirme en requisitos sociales que dentro de otras cosas yo no podía pertenecer sanamente.

En fin, luego con la representación de Pedro y las preguntas de Jesús acerca de su amor por el, ahí me he visto no solo hoy sino en muchas ocasiones, si Jesús me hiciera esas mismas preguntas le respondería igual que Pedro: Señor, tu sabes que te amo, pero no puedo ser más hipócrita contigo porque tu conoces mi corazón y mis pensamientos, aunque quiera amarte con todo mi corazón y mente, ahora mismo tengo que aceptar tu restauración para amarte plenamente…

Al final, fue bueno que me reconociera como “impostora”; este mensaje me mostró lo desnuda que puedo quedar si uso la ropa de otras personas; si Dios me permitió conocer esta verdad en mi es porque el esta en control de los pasos que vendrán para restaurar mi vida en Él.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Vasti o Ester?

Lo que vi en ti...

Espera en silencio en el Señor