Estos han sido unos días difíciles, llenos de ansiedad, sentimientos negativos, tensión, dudas, desconfianza, temas definitivamente incómodos para la vida de cualquiera.

Dentro de tanto caos emocional, Dios permitió una pizca de sobriedad emocional y me inclino a buscar consejos, de los que admito he sacado buen provecho pero a la vez que sabias personas, claramente “usadas” por Dios, nos exhortan a tal o cual cosa, hacen el mejor intento de orientarnos, alguien (el Espíritu Santo), busca la sabiduría que viene de lo alto…

Y es que como le dije a una hermana, en estos días, no quiero respuestas que para una mente confundida suene aérea, no quiero escuchar hoy: “ora”, “pregúntale a Dios”, “espera en Dios”, etc.; Claro que son respuestas precisas, pero no para días donde sensatez está divorciada de la mente, que más que todo parece un trompo dando vueltas.

Como dije antes, busque consejo insistentemente, aunque sabía que todos podían tener razón, me seguí sintiendo con dudas.  Cierto es que Dios puede tener un llamado especial para mí, se lo puede decir al mundo y puede aparecer en las primeras planas de los periódicos, me lo puede mandar a decir con profetas y todo lo demás, pero mientras mi corazón no esté “dispuesto” a escucharlo “a Él”, todo lo demás serán promesas y verdades engavetadas.

He aprendido estos últimos días que hasta el final de mi vida en este mundo seguiré siendo confrontada con toda la palabra de Dios que está en la biblia; al mismo tiempo me ha tocado ser reprendida por el mismo Espíritu santo y mediante mis hermanos en la fe.

Uno de mis fallos, a pesar de aconsejar tanto a otros en ese tema, es el de antes de leer la palabra de Dios ir en oración a Él para que El ponga el entendimiento y la verdad en mi corazón.  Viví en carne viva las consecuencias para el alma de leer un solo libro y quedar en el piso en lugar de restaurarme o fortalecerme (si quieren probar, lean Eclesiastés sin orar antes).

El señor me ha permitido exponerme a tantas cosas y por momentos me entra la ansiedad y quisiera armar ese rompecabezas que como dijo el pastor hace poco, pareciera de solo 3 colores, lo cierto es que yo no tengo la foto completa, en eso tengo experiencia, los que me conocen bien, saben que uno de mis pasatiempos era armar rompecabezas de 2,000 a 3,000 piezas.

Me ha tocado ver partes del Reino de Dios que parecieran ir tan lejos una de la otra, cuando en realidad todo ello son eslabones de una misma cadena; creo y siento que ha llegado el tiempo en que una vea de la otra lo que falta a cada una “sin juzgar ni menospreciar”

En fin, aprendo y aprendo y no me lleno y por lo visto, esto es un proceso muuuuy largo y es casi imposible que no cause ansiedad, así sea tenga todas las predicas acerca de ello.

En estos momentos, más que pedirle a Dios discernimiento o que me libre de todas estas dudas, le estoy pidiendo que ponga humildad en mi corazón, disposición de mente y como me dijo una hermana en la fe, que muera definitivamente yo para que sea Él quien obre y habite en mi y que su voluntad se haga libremente sin mis ideas personales que más que de ayuda pudieran ser de estorbo.

Y si, aunque no era de las respuestas que quería escuchar no hay otra correcta: Esperar en Dios y descansar en Cristo Jesús…

 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Mateo 6:27

Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. Santiago 4:14

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