¿Por qué celebro un cumpleaños?
Pudiera ser por razones tan simples como el de
recordar que contamos con un año más de vida, porque puede ser un motivo para
reunirnos con nuestros allegados, puede ser un día que nos damos cuenta que tan
queridos somos, dependiendo de cuantas llamadas o mensajes recibamos ese día.
Y como está la tecnología, hoy en día nunca
sabremos si nuestros amigos o familiares realmente se acordaron de la fecha
especial o se los recordó el “facebook” o el calendario del correo electrónico.
Si la razón fuera solo porque tenemos un año más en
esta tierra, deberíamos considerar seriamente que nos está pasando en nuestras
vidas cada año como para decir: ¡estoy feliz de estar vivo!... ¿en serio?
Sin tragedias jeje, sí, tenemos mucho que agradecer no solo al pasar
el año, sino cada día, entendiendo que abrimos nuestros ojos por la gracia y
misericordia de Dios y que cada día volvemos a nacer. Obviamente no tendríamos que soplar globos
una vez por semana ni cantarnos las canciones tradicionales de cumpleaños cada
24 horas, pero que bueno es seguir
caminando en esta tierra a la luz de que El Todopoderoso nos sostiene; que ya
tenemos un regalo perfecto para festejar que somos salvos y que mi vida y mi gozo
no depende de que tan tersa se vea mi piel al pasar de los años, ni de los logros
que pude o debí tener a cierta edad.
Doy gracias a Dios porque tengo lo que debo tener en
este tiempo, ¿qué quiero mucho más cosas?
¡Por supuesto¡ pero mi celebración
no es porque haya llegado el tiempo de que se abran los cielos y me lluevan las
cosas que “yo deseo”, mi celebración es
porque el tiempo de que mi nuevo corazón sea implantado en mi nuevo yo puede
que sea hoy mismo. Y que este año
reconozco que nunca seré igual cada mañana cuando abra mis ojos.
Así que, desde ya, gracias a Dios por un año más de su
vida en mi.
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