Tus huesos no serán quebrantados

Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas lo libra el Señor. *Él guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos es quebrantado*. Salmo 34:19-20 NBLA

Los romanos tenían por costumbre quebrar los huesos de los crucificados para acelerar la muerte de estos. No imagino lo doloroso que podía ser ya estar colgados en una cruz como para pensar en ese acto tan sádico de romperles las piernas.

Hay situaciones difíciles en nuestra vida que parecieran solo ir empeorando; ya estamos colgados del dolor y algo sucede que busca hacer el dolor más insoportable.

El Rey David se alentó en confiar en Dios, de que ninguno de sus huesos sería quebrantado, porque sabía que Dios lo cuidaría íntegramente; y así fue.

Juan 19:36 dice:

"Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: «No será quebrado ni un hueso de Él»."

Los romanos se acercaron a Jesús para hacer lo indicado, pero, ya Jesús había muerto, ya no tenían que acelerar ni probar nada.

Las demás amenazas de nuestras circunstancias vendrán y nosotros debemos morir para que no nos quiebren las piernas.

Morir a nuestra ansiedad, a nuestra impotencia, a nuestro dolor que ya está; porque así como fue profético el salmo para los seguidores de Jesús que sus huesos no serían quebrados, también fue profetizada su muerte y resurrección.

Si sientes que el dolor ha llegado a tus tendones, recuerda que tus huesos no serán quebrados, conforme a la voluntad de Dios.

Desde el dolor no es fácil creerle a Dios, David pudo dar testimonio de haber sido librado por el Señor, confía que darás testimonio que a pesar del dolor, podrás contar que tus huesos siguen intactos en Cristo Jesús.

"Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; el castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por Sus heridas hemos sido sanados." Isaías 53:5

#meditandounpoco 

Keyla Estepan 

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