Las escrituras son útiles

Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 2 Timoteo 3:16 NBLA

Según datos históricos, aunque no se conoce la edad exacta de Timoteo, se asume que este se unió a Pablo teniendo cerca de los 20 años. En esa etapa de expansión del cristianismo, muchos jóvenes, contemporáneos a Timoteo, trabajaron estrechamente con Pablo y jugaron roles cruciales (Tito, Silas (Silvano), Lucas, Juan Marcos, Epafrodito, Aquila, Priscila, Crescente, Demas, Tíquico, Onésimo).

Cuando Pablo escribe la última carta a Timoteo, este tenía aproximadamente ya entre 34 y 37 años.

Pablo escribe desde una prisión romana, consciente de que su ejecución está próxima (2 Timoteo 4:6-8). Este es su último escrito conocido, y contiene sus últimas instrucciones y palabras de aliento a Timoteo.

El propósito de la Carta de Pablo a Timoteo era fortalecer a este último en su liderazgo y su fe; sin embargo, de las circunstancias que vivían los cristianos entonces era la persecución tanto de las autoridades romanas, como de los opositores judíos.

Y era la misma circunstancia que vivían cuando Timoteo se unió, y en lo personal, Pablo estaba en peor situación; aún así, alienta a Timoteo a confiar en las escrituras.

Pablo está seguro que las mismas escrituras que los judíos opositores, usaban en su contra Y con la que lo condenaban, era UTIL para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia.

Enseñar a nuestros hijos tanto los de sangre como los que discipulamos; desde momentos sumamente difíciles y/o desde un estatus que no ha cambiado para mejor (socialmente hablando), es un reto. Sería más fácil predicar con el ejemplo mientras mostramos a esos chicos que la vida va mejorando; si ayer me perseguían, hoy ya no. Si ayer tenía deudas, hoy ya no...

Pero basándonos en el mundo, si fuera de ese modo; enseñaríamos a estos jóvenes, que sus fortalezas dependen más de recoger frutos materiales que espirituales.

¡Ojo! También se recogen frutos terrenales, según la voluntad de Dios, cuando los jóvenes aceptan las enseñanzas de las escrituras. Por eso no está mal enseñar a los niños lo básico de los 10 mandamientos, mucho en la vida tiene mejor sentido cuando hacemos todo lo que podemos desde niños para no mentir y obedecer a nuestros padres.

Si yo desde la cárcel, sin haber cometido delito, le escribo a un joven acerca de confiar en el Señor y hablo de los beneficios de seguirlo, se vería contradictorio. Pero las escrituras, no se contradicen, lo hago yo, mas no la palabra de Dios.

He aprendido a confiar en lo que Dios dispone para mi vida, y saber que Él no se equivoca.

Creele al Señor, lleva tú el evangelio estés donde estés; y hasta desde un hospital, Dios hará la obra conforme a sus propósitos.

De la biblia no hay nada que sobre ni falte, todo está completo. Pablo solo tenía una parte de las escrituras, y un mensaje fresco de salvación; nosotros tenemos la revelacion completa, útil para enseñar.

Que Dios nos ayude, y no subestimemos como Dios usa su palabra para guiar a esos jóvenes que pueden confundir el bienestar del alma con las recompensas que se ven a simple vista.

#meditandounpoco 
Keyla Estepan 

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