Duerme tranquilo

Es en vano que se levanten de madrugada, Que se acuesten tarde, Que coman el pan de afanosa labor, *Pues Él da a Su amado aun mientras duerme*. Salmo 127:2 

Un padre, asumo que luego de agotar todos los recursos y especialistas de la epoca, llevó a su hijo "endemoniado" con los discípulos que ya tenían un master class con Jesús para sacar demonios y sanar, pero al ver que estos no logran algo, debe habersele debilitado su fe.  

Hasta que Jesús llega al lugar y el hombre le dice: "Creo, ayúdame en mi incredulidad" (Marcos 9:24)

- ¿Crees o no? - cuestionaría yo a alguien que me diga que cree pero que necesita ayuda para creer... 

En mis procesos más difíciles, mucha gente me dice, confía en el Señor, y sé que lo hago; mi fe en que él tiene control de todo no ha flaqueado, hablo con él cada día, cada noche, he llorado, le he hecho preguntas incómodas (y propuestas también); pero no he dejado de sentir que está conmigo.

Aún así, le digo: Señor, no permitas que yo dejé de creer que tú estás en todo tiempo.

Mi experiencia con muchos malestares es que tiendo a olvidar a Dios en medio de mis pruebas, se que él no me olvida, pero yo sí, literalmente.  Y si no lo he olvidado, busco la manera de hacerlo, afanándome.

Comienzo a accionar, hacer aquí y allá, porque en *"suponías 3:15"* dice: ayúdate que yo te ayudaré... (Espero no hayas ido a la Biblia a buscar ese pasaje 😁)

Mi situación actual de salud me ha forzado a medio retirarme de mis funciones en el trabajo.  Como soy de una vieja guardia, me ocupa mi mente quitar mis energías del trabajo para concentrarme en mi recuperación. Y aunque yo no lo reconozca, estar ambivalente afecta, y no solo a mi, sino a mi equipo, que debe esperar a que yo diga, estoy activa o no.

Dios en el salmo que cito hoy, me lo tuvo que recordar: aunque esté durmiendo y lejos de las tareas que quiero atender, el me dará tranquilidad.

Igual pasa en casa, mis hijas han demostrado no ser tan dependientes de mi y aún así me atrapo arrastrando los pies para hacer algo por ellas que pueden hacer, o me cuesta llamarlas para que me atiendan, aunque me responden de inmediato.

No se van a dejar morir de hambre, eso es seguro, pero, ¿por qué no simplemente me acuesto, cierro los ojos y luego preguntó si almorzaron?  

El rey David pasó de todo durante su vida, entre muchas cosas, un padre que lo menospreció hasta vivir la traición de un hijo; vió de todo lo que alguien pueda imaginar dice no haber visto una sola cosa: *justo desamparado, Ni a su descendencia mendigando pan.* Salmo 37:25

Mis hijas no dejarán de comer, bañarse o estudiar porque yo no esté.

En este tiempo NECESITO descansar, olvidar que hay tareas que me esperan y recordar que no soy imprescindible, aunque querida, extrañada y cuidada por Dios, a través de un pueblo en Cristo que sirve en amor.

Que oportuno es el Señor, diré, porque guarda mi corazón y aumenta mi fe.

#meditandounpoco 
Keyla Estepan

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Vasti o Ester?

Lo que vi en ti...

Espera en silencio en el Señor