Todo es parte de un plan…

Cuando me toca hablar como amiga con parejas jóvenes que deciden dar el paso para vivir juntos o apenas comienzan a enfrentar el monstruo de las limitaciones económicas; las personas que pongo como ejemplo todo el tiempo son mi hermano mayor y su esposa.

Si ven su casa y su familia hoy, es inevitable desear estar ahí dentro; aparte de lo que puede ser comodidades físicas, una buena casa, transporte, alimentación, vestidos, etc.  Cuentan con una comunicación hermosísima, mucha confianza y sobre todo respeto entre cada uno de ellos.

Me he sentado a conversar de sus comienzos con ellos, y cuando lo hacemos, llegan los recuerdos de una boda fugaz, con casi ninguna foto de boda, una pequeña vivienda, un trabajo que para aquella época apenas alcanzaba para sustentarse, alguna que otra mano amiga de los padres para alimentarse, y anécdotas que me imagino quedan para sus recuerdos íntimos.

Su hijo mayor es “especial”, las causas de porque su condición me la han contado muchas veces, pero igual las razones después de veinte y tantos años pierden su importancia, mas cuando cada día está el compromiso de cuidarlo y proveerle dentro de lo poco que consume, su bienestar.

En solo una ocasión mi hermano me habló de sus comienzos como matrimonio incluyendo el factor del primer hijo, no muchos recursos,  un primer fruto que implicaba mucho sacrificio tanto individual como de pareja, aparte de que no podría imaginarme sus sentimientos de ver estorbadas en el momento, muchas ilusiones.

Más adelante que decidieran tener más hijos también fue un reto, tal vez llenos de miedos y luego el repartir energía y atención entre un niño que requería cuidado especial y otros que solicitaban el suyo también.

Yo no podría entran en detalles de sus emociones, altas y bajas y demás, yo solo he visto desde fuera toda la historia; pero también me había cuestionado porque una familia que pudo ser “perfecta” no lo fue…

En estos días, hablando con un amigo y de sus asuntos con su esposa y los malestares económicos, volví a traer el ejemplo de mi hermano y le mencioné lo de mi sobrino y que se imaginara lo difícil que pudo ser para ellos arrancar de esa manera, donde se vieron obligados a depender de solo un ingreso y su esposa dedicarse a cuidar de su hijo y su casa.
Sin embargo, viendo hoy su familia y todas esas adversidades superadas, puedo ver el fruto de una madre que se tuvo que ver al cuidado exclusivo de su casa y un padre que no pudo (aunque hubiera querido) entrar en la modernidad de “compartir gastos” y se vio como proveedor de su familia.

Aunque yo no estuve ahí cuando ellos recibieron la noticia de que su primer hijo seria paralitico, o sea no sería “clínicamente útil”, Puedo ver como todo era parte de un hermoso plan para mantener una familia unida, que Dios sabe se hubiera visto expuesta a los cambios sociales de hoy en día. 

Me alegro de no tener que sentarme a pasar balance de lo que pudo haber sido la familia de mi hermano, porque su tranquilidad de alguna manera se refleja en los que los visitamos de vez en cuando.

Cuando voy a su casa y paso a saludar a mi sobrino, que tal vez ya ni me conoce, después de pensar más en otro sentido no puedo evitar hablar de él de otra forma…

Creo en Dios y creo que el envió su único hijo para salvación nuestra y aparte de todo eso, Jesús es el núcleo de esta gran familia y así veo ahora a Mizael, Eso me responde el porqué a él le tocó estar en esa condición y definitivamente, no será útil clínicamente hablando, pero para esta sociedad ha sido tremenda herramienta para que esta familia tenga personas con tanto valor…

Así que para mi hermano querido, aunque no haya creído mucho, debes aceptar que Dios tiene plan para con tu familia también…

Los amo

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