“Obedecer aveces duele”

No duele en si obedecer a Dios, eso en cierto modo alienta y nos fortalece pues en mi opinión nada va al padre que no venga con recompensas; lo que duele es nuestro “desprendimiento” a aquello que quisiéramos conservar (cosas, personas, habitos, etc) que pueda estar ocupando el lugar exclusivo de Dios.

Escuchando la canción “cantaré de tu amor por siempre” (I will sing of your love forever) por milésima vez, hoy ha sonado diferente, no escuché una nueva versión ni letras distintas… solo que en estos días no estoy pasando las mejores de las emociones humanamente hablando; y repetir el coro una y otra vez fue calando en mi pecho y aunque empecé solo tarareándola, al final se convirtió en oración…

Me invaden mil y una inseguridades, debilidades, circunstancias que solo Dios sabe como lucho con esos sentimientos encontrados, deseos inmenso de quejarme con el mundo, cansada de injusticias (sociales y personales), pero pude meterme poco a poco en “cantar del amor de Dios por siempre” este ansiosa, triste, enojada o alegre…

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