Mi oración también es la oración de mi pueblo

Entonces Moisés le dijo: «Si Tu presencia no va con nosotros, no nos hagas salir de aquí. Éxodo 33:15 NBLA‬


En el capítulo 32, el pueblo de Israel ha pecado gravemente al hacer y adorar el becerro de oro mientras Moisés estaba en el monte recibiendo los mandamientos de Dios.


Luego en el capítulo 33, Moisés intercede por el pueblo, pues Dios había declarado su intención de no acompañar a los israelitas en su viaje a la Tierra Prometida debido a su terquedad y pecado. 


Sin embargo, Dios le dice en el verso 14 que sí irá con él y le dará descanso, solo a él.


Moisés pudo haber aceptado la oferta de Dios y decir:

- Bueno, ellos fueron los que pecaron, que se queden por su cuenta, por lo menos YO no iré solo.


Moisés no se excluyó del pueblo ni se sintió con altos privilegios por haber hallado gracias a los ojos del Señor; sabía que llegaría junto a los demás a la tierra prometida, ya eso era una promesa. Pero el quería llegar con el pueblo y que los demás pueblos supieran, no solo quién los sacó de Egipto, sino que no llegaban solos sino con el mismo que hizo las grandes maravillas.


Dios le había dicho a Moisés que alguien más los guiaría hacia la tierra prometida, seguro un ángel, y Moisés hace su petición: "si no eres tú, no nos saques de aquí".


En esos tiempos en que las ciudades tenían dioses para todo, para traer lluvia, alimento, para que dejara de llover, para esto y aquello; Moisés podía entender que lo que los distinguía de los demás era no tener intermediarios ni seres asignados, sino al mismo Dios de la creación caminando con ellos.


A pesar de que Moisés daba una declaración tan importante tantos años antes del sacrificio de Jesús en la cruz, Israel vivió sometido a intermediarios, que los hacían sentir excluidos de la presencia de Dios.  Estuvieron por años, caminando, guiados solo por aquellos líderes religiosos que les impedían experimentar el descanso que Dios prometió a Moisés.


Con Jesús se restaura esa libertad de caminar guiados directamente por Dios, y podemos decir que vamos de camino hacia la tierra prometida de su mano, descansando y mostrando al mundo la diferencia que existe cuando es él y no el mundo que nos dirige.


Mi bienestar es importante, pero también es grandioso saber que Dios es fiel y misericordioso no solo conmigo, sino también con mis hermanos.


Que nuestra petición sea extendida a qué Dios escuche las oraciones de todo su pueblo; porque lo que nos distingue del mundo es que caminamos juntos con la presencia misma de nuestro Señor guiándonos.


#meditandounpoco 

Keyla Estepan 

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