Que descanso, no depende de mi...
1 Pedro 1:3-5
Alabanza a Dios por una esperanza viva
3 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva
4 y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes,
5 a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos.
Leer este pasaje me impactó por ser el momento en que el señor sabía que yo necesitaba esta ministración de su parte.
A veces sin darme cuenta mi obediencia se convierte en solo eso “simple obediencia sin el Señor delante”. ¿A que me refiero? A cuando hacemos algo sin una motivación; sabiendo que Dios es fiel, es la roca inconmovible, el único que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, no puedo comparar mi capacidad de ser estable por mucho tiempo, y cuando me voy enfocando en lo que puede ser mi “constante” resistencia a las tentaciones, me puede causar mas inestabilidad emocional, volviéndome una persona de “doble animo”…
Lei una anécdota de un bateador de los medias rojas de Boston, donde en una ultima entrada el juego dependía de su jugada, pero a su mente llegó un hermoso y confortante pensamiento: “QUE BUENO QUE MI VIDA NO DEPENDE DE ESTA JUGADA” …
Es mismo dia me invadía un pensamiento que pudo ser una muy posible caída, mi concupiscencia estaba a sus mas altos niveles y ya me lamentaba de mi incapacidad de “controlar ese deseo”…
Y ese mismo pensamiento de aquel jugador llego a mi mente…
“QUE BUENO QUE MI SALVACION NO DEPENDE DE ESA POSIBLE CAIDA”
Gracias Señor porque tu moriste en esa cruz pagando por mis pecados cometidos y los que pueda cometer en el futuro, por esa herencia indestructible que nos has regalado…
Bendito es tu nombre señor, Gloria a ti mi Dios…
Alabanza a Dios por una esperanza viva
3 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva
4 y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes,
5 a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos.
Leer este pasaje me impactó por ser el momento en que el señor sabía que yo necesitaba esta ministración de su parte.
A veces sin darme cuenta mi obediencia se convierte en solo eso “simple obediencia sin el Señor delante”. ¿A que me refiero? A cuando hacemos algo sin una motivación; sabiendo que Dios es fiel, es la roca inconmovible, el único que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, no puedo comparar mi capacidad de ser estable por mucho tiempo, y cuando me voy enfocando en lo que puede ser mi “constante” resistencia a las tentaciones, me puede causar mas inestabilidad emocional, volviéndome una persona de “doble animo”…
Lei una anécdota de un bateador de los medias rojas de Boston, donde en una ultima entrada el juego dependía de su jugada, pero a su mente llegó un hermoso y confortante pensamiento: “QUE BUENO QUE MI VIDA NO DEPENDE DE ESTA JUGADA” …
Es mismo dia me invadía un pensamiento que pudo ser una muy posible caída, mi concupiscencia estaba a sus mas altos niveles y ya me lamentaba de mi incapacidad de “controlar ese deseo”…
Y ese mismo pensamiento de aquel jugador llego a mi mente…
“QUE BUENO QUE MI SALVACION NO DEPENDE DE ESA POSIBLE CAIDA”
Gracias Señor porque tu moriste en esa cruz pagando por mis pecados cometidos y los que pueda cometer en el futuro, por esa herencia indestructible que nos has regalado…
Bendito es tu nombre señor, Gloria a ti mi Dios…
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