¿Creo que Dios puede sanar mi enfermedad?
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Isaías 53:4-5
Pensaba en los enfermos de mi casa y de la iglesia y en la exhortación de orar por ellos e incluso por temas que consideramos tan mínimos o triviales en nuestras vidas;de hecho, esta mañana mi nena hacia rabietas mientras le cortaba las uñas y mi humor que no estaba muy pasivo podía hacerme perder la calma (porque es algo que se esta volviendo común en mi casa) y simplemente comencé a orarle al señor para que la calmara y me permitiera terminar con esa “tarea”… y como por arte de magia… se metió los dedos en la boca y no dijo nada mas y terminé calmada la pequeña encomienda.
La mayoría de las veces lo pienso seriamente para asistir a la iglesia o a cualquier lugar que requiera concentración y calma y que tenga que ir con las niñas, sobretodo la pequeña, pues pareciera que sus energías y cuerdas vocales se hubieran recargado en el camino y entonces no puedo simplemente sentarme. Alguien me dijo en una ocasión: Háblale a la niña y prepárala para decirle que van a la iglesia y órale a Dios para que la calme… y si, lo intenté e iba en el camino pidiéndole al Señor que por favor me permitiera escuchar el mensaje, que pasara un cinturón de seguridad y la dejara sentada junto a mi toooodo el culto! Y la respuesta ha sido que me verán haciendo de una especie de “portero” de fútbol pero para que la niña no se escape de la iglesia…
Se que estas anécdotas no tienen tal vez mucho que ver con “enfermedades” que fue el punto que trató el Dr. Stanley, pero se tratan de ¿Qué creo que puede hacer Dios?
Dentro de tantos milagros que sabemos se le atribuyen a Dios y que la Biblia los menciona, desde el antiguo testamento a través de los profetas, a través de Cristo y luego a través de los apóstoles y aun en la actualidad en el nombre de Jesús, pareciera que el menos creído (hoy en día)es el de la “sanación de los enfermos”
Y si se presenta un problema de salud, claro que oraremos en invitaremos a orar por los enfermos de nuestra comunidad, pero ¿Qué tanto creemos que Dios levantará a estas personas no solo de simples gripes. Recordemos que Jesús levantó hasta paralíticos! Y aun los apóstoles lo hicieron con un cojo de nacimiento (Hechos 3).
Estamos en un sistema se salud, que aun con seguro medico cualquier estudio o simple chequeo requiere que tengas un buen bolsillo preparado, porque cualquier precio esta casi fuera del alcance de una familia de escasos recursos. Y entonces la oración en lugar de ser por el enfermo, se concentra más en que Dios provea “el dinero” para moverse que por la salud.
No es que no vayamos al médico, claro que Dios ha puesto a estos profesionales para que nos asistan en nuestra salud, pero la necesidad de oración no pareciera estar muy bien enfocada…
Me pregunté durante el mensaje ¿con qué medida de fe clamo por la salud de los enfermos que conozco, incluso por la mía?
Pareciera que mi hija mayor tiene mejor preparación con ese tema, pues cuando le duele algo lo primero que dice es: mami, ora para que me sane…
Nuestra mecánica de acción va en esta dirección:
1. Enfermedad o dolencia
2. ir al médico
3. Orar(si el dinero no alcanza),
Cuando debería ser:
- Enfermedad o dolencia
- Orar (confiando en respuesta)
- Ir al médico (pero no demasiado tarde tampoco)
Sea cual sea la respuesta del profesional dela salud (siempre anhelando que sea lo más positiva posible) no hay que ignorarla, como dije al principio, estas personas también son herramientas para el cuidado que Dios tiene para nuestros cuerpos y mentes.
Mi preocupación por mucho tiempo ha sido y aun es, la salud mental y emocional mía y de mis hijas, he procurado buscar ayuda de psicólogos y consejeros, pero más que “procurar” creo que he “depositado” la espera de resultados positivos en ellos… y la diferencia de “términos” confieso no me ha dado muy buenas respuestas…
Ver programas y asistir a charlas que me sugieren que hacer con mis hijas en tal o cual situación de comportamiento yo la debería de iniciar con una Oración a Dios clamando por la respuesta y CREYENDO que la recibiré.
Quiero concluir con el versículo que le puso el corcho a mi botella de ideas el día de hoy:
El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Mateo 16:15-16
Y si aun hoy creemos que Dios es el mismo “ayer,hoy y por los siglos (hebreos 13:8)
¿Por qué no creer que aun puede sanar nuestras enfermedades?
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