¿Define mi economía mi nivel de relación con Dios?

Hoy despertó en mi un deseo inmenso de hablar este tema que para nosotros los cristianos resulta algo incomodo.

Hablar de dinero junto a la palabra “cristiano” da muchísimas conclusiones que siendo apresuradas dan mala impresión: “los cristianos solo buscan dinero” ¿Qué hacen con el diezmo y las ofrendas? “los pastores viven del dinero de los pobres”. Confieso que luego que el Señor me dió la oportunidad de pertenecer y trabajar en una comunidad cristiana, todas esas dudas se fueron, pero todo eso requirió de muchos procesos y vivir dentro de esa hermosa realidad monetaria a la que se refiere Jesús en la biblia.

Pues la pregunta surgió por mi misma al venir cuestionando mi situación financiera que gracias a una “crisis” económica a nivel mundial me ha afectado y por lo tanto a los demás hermanos y a los no creyentes. Y he encontrado en estos momentos un sin número de mensajes donde me puedo reflejar y solo ver que “algo anda mal” en mi relación con Dios que no permite que yo “prospere”

Propuse en temas de discusión y no dudaron en responder que Dios “nos llama a ser prósperos” “según la palabra” cuando solo estuve preguntando que si estaba yo condicionada por el dinero con mi relación con el Señor.

Hice estas preguntas: ¿Cuántos personajes bíblicos fueron “prósperos” los últimos días de su vida? Abraham, Job, José, etc.… ¿y en el nuevo testamento?

Busque en las concordancias la palabra prosperidad y la encontré solo en el antiguo testamento, mientras Jesús repetía una y otra vez en los evangelios que ni el mismo tenia donde recostar su cabeza para dormir, entonces, si Dios es el mismo ayer, hoy y siempre ¿las riquezas se quedaron antes de Cristo?

Antes de todo, hay que tener algo absolutamente claro: no es un pecado tener ingresos altos y ser económicamente próspero en este mundo.

Así que mientras las Escrituras no condenan los altos ingresos en sí mismos, sí condenan, enfáticamente, el gasto y la acumulación egoísta, y el atesoramiento de riquezas terrenales para nosotros; como dijo Jesús: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21).

Hace poco el pastor de mi iglesia hablaba acerca de “acumular” y como bien el decía ese término no solo se refiere a dinero, bien puedo yo acumular si de mis ingresos (aunque sean pocos) gasto lo mas para mi, si no ayudo con la obra de Dios y como leí en una recomendación que me impactó: si no hago de el ayudar al necesitado como un gasto básico de mi presupuesto.

En la biblia hay verdades con relación a nuestra posición con el dinero:

1. Nos invitan a buscar ser ricos: El Apóstol Pablo dijo que los que quieren enriquecerse caen en muchas tentaciones y lazos, y en codicias necias y dañinas, que hunden a los hombres en la destrucción (1 Timoteo 6:9).

2. No conformarnos con lo que en estos momentos tenemos que debemos ordenar a Dios que nos dé más, pero la Biblia nos manda a estar contentos con lo que tenemos (Hebreos 13:5).

3. Vestir bien, comer bien, no es el problema, vivir como reyes, que tengamos lo mejor que este mundo nos ofrece, pero el Apóstol Juan nos dijo que si vivimos como el mundo y amamos las cosas del mundo ni siquiera somos salvos (1 Juan 2:15).

4. El Apóstol Pedro tuvo que decirle a un pobre mendigo que él ni siquiera tenía dinero para darle (Hechos 3:6). Pedro no estaba mintiendo. ¡Él realmente no tenía dinero!

5. ¿Dios quiere que seamos ricos, prósperos, y sin ninguna necesidad? pero que dice el Señor en Apocalipsis 3:16-17: 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

6. Cuando un hombre en la Biblia trató de dar dinero al Apóstol Pedro para recibir la bendición del Espíritu Santo, el Apóstol lo reprendió y condenó (Hechos 8:18-23).

7. Cuando somos prósperos ejemplos para los demás y nos querrán imitar, !Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas. (Lucas 6:26).

8. ¿A que se refiere Jesús con la vida abundante? El Señor Jesús dijo que esta vida abundante es la Vida Eterna y esa vida no consiste en las cosas materiales que un hombre posee (Juan 10:10, Lucas 12:15).

9. Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo 6:24). El Señor dijo que o amaremos a las riquezas y aborreceremos a Dios, o seguiremos a Dios y aborreceremos a las riquezas, pero no podrá haber neutralidad, y no podemos aspirar ambos.

10. Abraham fue rico y por esto, ¿nosotros debemos ser ricos también? Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. (Gálatas 3:14). La “bendición de Abraham” no es tener riquezas terrenales: ¡es la vida eterna! “Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” La bendición de Abraham es la promesa del Espíritu Santo por cual somos adoptados en la familia de Dios y somos salvos. Es un retorcimiento descarado de las Escrituras tomar esto y convertirlo en una promesa de prosperidad y riquezas terrenales. Además, Abraham fue próspero en esta tierra. Eso es obvio. Pero eso no significa que cada cristiano debe ser así también. Dios tenía un plan para formar una gran nación de Abraham, y era necesario que tuviese abundancia para poder cumplir la promesa de Dios de hacer una gran nación de él, una nación a través de la cual el Mesías, Cristo Jesús, vendría para salvar a la humanidad del pecado.

El no tener dinero en abundancia no nos hace menos especiales ni nos excluye del plan que Dios tiene para su pueblo en Cristo.

Sé que hay mucho mas en toda la biblia con relación a estos temas y no estoy diciendo con esto, y aclaro que esto es un compartiendo mi experiencia y asuntos que han llamado mi atención, por eso es tan importante leer una y otra vez la parábola de los talentos (Mateo 25: 14-30) y preguntarnos cada día: ¿Qué he hecho hoy? ¿Qué cualidades han dado su fruto? ¿Cuántas veces he dejado sin hacer lo que debía?

Para concluir cuando vino la pregunta a ¿que puede estar haciendo una persona mal para no prosperar?, no necesariamente debe referirse a temas monetarios, como Hijos de Dios debemos aprender a establecer Su orden en nuestras vidas, tanto en la salud, en la alimentación y la administración de nuestros bienes, ser organizados, y no culparme porque este mes no pude cubrir mis gastos y la situación “no está fácil” o este mes “se me cayeron los palitos” (para los dominicanos)…

Filipenses 4
11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

Pablo aprendió a vivir en todo tiempo, en toda circunstancia y hoy en día es el apóstol que mas palabra dio al pueblo cristiano, su situación económica hoy en día es irrelevante, vivió solo para llevar la palabra y dijo en este verso de filipenses “que tenia escases”…

En el Nuevo Pacto, no existe ninguna promesa que se aplique a cada individuo en la iglesia prometiéndoles prosperidad económica y terrenal. El Nuevo Pacto no contiene promesas para aumentar económicamente a cada creyente y hacerles materialmente prósperos con una abundancia de dinero o valor material. No obstante, hay numerosas promesas que nos dicen que si estamos, verdaderamente, viviendo en la voluntad de Dios, honrándolo, poniéndolo primero en nuestras vidas, y caminando en obediencia y amor en el Señor Jesús, Dios va a proveer nuestras necesidades materiales. Y hay promesas que dicen que si somos generosos con nuestros bienes materiales y nuestro dinero y damos a los que necesitan que Dios se va asegurar en proveernos y recompensarnos (2 corintios 9:6;
Deuteronomio 10:13)

En un hermoso evangelio donde Jesús nos repite una y otra vez que busquemos el reino del Dios primero, donde nos dice que veamos el ejemplo de los lirios del campo y las aves, que están vestidas y comen, respectivamente, en mi opinión creo que como cristianos nos vamos creando un stress cuando le buscamos explicación sobrenatural a no tener más dinero extra o mejor ingreso, y si viéramos las circunstancias alrededor seria más llevadero nuestro diario caminar y eliminaríamos como escuche hace poco la palabra “crisis” y la sustituiríamos por la palabra “oportunidad”. Aprendería a buscar en toda circunstancia “el consejo de Dios” y no “demonios de miseria” en cada cobro del mes.

En el nombre de Jesús
Amen

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Vasti o Ester?

Lo que vi en ti...

Espera en silencio en el Señor