¿Quieres ser famoso?
Que nunca
te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello
y
escríbelos en el libro de tu corazón.
Contarás con el favor de Dios
y tendrás buena fama entre la *gente. Proverbios
3:3-4
Una las metas del ser humano, es “hacerse
notar” en algún aspecto de su vida, vivimos en un mundo de competencia que para
muchos no es fácil de evitar. Algunos
harán alarde de lo que tienen, donde viajan, que comen, otros lo harán ver mas
humilde y hablaran de que tan bien hacen el trabajo que hacen, ya sea para una
empresa incluso para Dios.
Pienso que la vida es una carrera que te invita a meterte
para que veas el avance de los demás o que tú también les muestres los
tuyos. Para ser sincera no me parece
mala la carrera pero podría ser algo desgastante si corremos desenfocados.
Cuando yo era más joven decía que no me importaba lo que
los demás opinaran, yo “creía” que podía hacer con mi vida lo que yo quisiera;
lógicamente, la misma vida me fue mostrando todo lo contrario: que “ella” pudo
hacer conmigo lo que quizo.
Todo esto hace muy fácil que estemos pendiente más que de
nuestros avances, al progreso o hasta el fracaso de los demás. No logramos vernos parados en la via, sino
que vemos como otros van caminando sin detenerse. El problema es que podemos caer en la
tentación de pensar que Dios ayuda a otros más que a nosotros.
He ido aprendiendo algo en mi caminar con Dios, la opinión
de la gente alrededor “si importa”, pero mas que a mi, le importa a Dios lo que
otros opinen y ya eso debe hacer que me importe.
Es obvio que el testimonio que demos como personas a Dios
le importa, el hacer el bien va de la mano de nuestra Fe en El. La Biblia dice que la recompensa no solo será
cuando estemos sentados junto a El viviendo en su reino, Dios nos habla de
recompensas palpables que podemos recibir mientras estamos aquí.
Las personas piadosas no necesariamente harán “ruido” al
mostrar su amor a los demás, mucho menos harán fanfarria cuando defiendan su
postura con la palabra de Dios. Pero
estas personas son conocidas por ser y estar en el lugar correcto en el momento
indicado.
Una de mis luchas ha sido el hacerme “visible”, muchas
veces he hecho el intento de maneras incorrectas, porque la fama que quería conseguir
no es la que Dios promete.
Mi ejercicio cada día (y espero que siga siendo) es contar
con el “favor” de Dios, y Dice Proverbios 3:3, que mi compromiso es recordar el
gran amor que Dios me tiene, cuan misericordioso ha sido conmigo y llevar en mi
corazón “la verdad, Su Palabra”.
Ya la salvación Dios me la ha regalado mediante el
sacrificio de su único hijo, dándome la oportunidad de agradarle con amor a
travez de mi testimonio.
Claro que me gustaría ocupar puestos o lugares
importantes (los que pudiera creer que lo son), pero que la *gente me conozca
como buen representante del “Reino de Dios” es la mejor fama que pudiera
obtener.
En el nombre de Jesús
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