¿Quién te acusa?

*...Yo te libraré de las tristezas, que son para ti una carga deshonrosa.  Sofonías 3:18*

Resbala y espera de seguro a alguien que te dirá: - Tú te lo buscaste...

Fállale a alguien y te dirá: - No era para menos- aun hayas caminado junto a esa persona del mejor modo posible.

El día que te rechacen, te dirás que no llenabas expectativas...

Pocos de acercarán para alentarte a levantar los pies y la mirada.

Sino son los que te rodean, es muy fácil para uno mismo asumir que después de una caída,  nos toca sufrir las consecuencias y también el *castigo eterno de Dios" desde aquí.

Lo más difícil de pasar por un dolor, son las voces que lo acompañan....

Asaf lo expresó en el Salmo 74: "¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador?" (V.10)

He aprendido a empujones, cuando me ha tocado los días de angustia, pedir primero al Señor que "calle las voces que me acusan", que baje los dedos que me señalan y que les quite las piedras de las manos a mi pasado...

El caso de la mujer adúltera tiene la particularidad de otros acusándola (Juan 8:1-11) y dice que la pusieron "en medio" (v.3), es decir, estaba rodeada entre los acusadores (las voces) y el perdonador.

Muchas veces, las voces no vienen solo de afuera sino de nuestro interior, esas son las que suenan más fuertes, porque te conoces más que cualquier vecino.

Pero igual que la mujer adultera, tienes del otro lado a aquel que te conoce más que tú mismo; el sabe que escuchas esas voces, y él también te habla,  te dice:
-Yo no te acuso, no te condeno, entonces, no te condenes tú.  Levanta tu mirada, sigue caminando y no peques más.

#meditandounpoco
Keyla Estepan

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