Si me conozco, puedo decir quien soy...

*Yo, yo mismo, te doy ánimo. ¿A quién tienes miedo? ¿A los hombres? ¿A los hombres mortales, que no son más que hierba? Isaías 51:12*

Rendir cuentas a alguien fortalecido en la fe, es un ejercicio que me ha ayudado mucho.  De igual modo, aun tenga alguien de confianza, existe la posibilidad de que no todo lo que debo decir de mi lo diga.

¿Qué dirá este pastor o consejero si se entera de lo que soy capaz de hacer, lo que he hecho?
¿Vale la pena repetirle a él una y otra vez mis razones de angustias? Se va a cansar de oír de mi la misma retahíla…

-Justo esta semana, que el pastor predicó de eso, o de lo mismo que hablamos en el grupo de compañerismo- ¿Qué van a decir de mi?-

Por temor a que nos juzguen o que nos vuelvan a escuchar con el mismo tema, muchas confesiones se callan o se dicen a medias.

Alguien dirá, ¿Para qué contarles a otros tus problemas o pecados? – Yo me confieso con solo con Dios -

Yo he sentido miedo de confrontarme, me he descubierto en asuntos que me aprietan el pecho cuando leo la Biblia.  De igual modo busco salidas para consolarme y darme ánimo para “salir a flote” de tal o cual situación, y es sabido que las propias y solas fuerzas no son suficiente herramienta para despertar.

¿Son los otros hombres los únicos mortales que Dios compara con la hierba? ¿No estoy yo incluida entre los “simples mortales”?

*Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres Colosenses 3:23*

¿Por qué se repite la historia? Porque me da miedo admitir y confesarme, incluso conmigo misma; temo verme juzgada y condenada por mi... no se trata de un "inventario moral" para que mi consejero lleve las anotaciones, sino de decirle a Dios... ¡ya!, de eso se trata, no puedo negármelo más  (a mí, porque él lo sabe todo).

Mientras siga teniendo miedo de verme, tal cual soy, será difícil apreciar que el consuelo de Dios está disponible para mí.

*Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 1 Juan 1:9*

#meditandounpoco
Keyla Estepan

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Vasti o Ester?

Sin conjeturas

Lo que vi en ti...