Alaba a buen ritmo y con arte

Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.
Salmos 22:31

Uno de los temas que ha sido de controversia entre cristianos, es el estilo de música que muchos cantautores usan para las alabanzas.

Aunque tengo muchos años en la fe, no soy de la generación de los himnarios y coritos; me tocó conocer canciones populares cristianas con un estilo más pop. Y en alguna ocasión, me gocé con música cristiana urbana (rap, salsa, merengues).

Y la verdad es que "pon aceite en mi lámpara Señor", es una canción que me encanta, es un corito de la vieja guardia, pero que si no me la hubieran puesto en merengue, tal vez la pasara de largo.

Una vez más citaré a mi autor favorito, Erwin McManus, que es pastor de una iglesia muy artística en una ciudad precisamente dónde impera el arte: Los Angeles, CA. 

Él dice en su libro "El alma artesana", que por alguna razón razon,  hemos divorciado la creatividad de la espiritualidad; haciéndonos sentir culpables si somos muy creativos, porque ser meramente espiritual, no requiere "arte".

En la antigüedad, ante de las escrituras, el pueblo de Isreal debía contar su historia del Éxodo de Egipto una y otra vez, para las siguientes generaciones; estoy segura que en su "escuela dominical" debió de haber algún niño que no prestaba atención al cuento y alguien debió buscar la manera que la historia no se perdiera... y ¿por qué no ponerle un poco de música?

Los salmos son música, son arte, y si la palabra de Dios y lo que ha hecho en nuestras vidas va a quedar plasmada en los corazones de las generaciones siguientes, y un buen ritmo me ayuda, como el arpa a David...

¡Que se siga cantando y proclamando lo que Dios ha hecho a ritmo de son!

#meditandounpoco

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