Dios te ama

Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2 Coríntios 3:17

De niña memoricé los 10 mandamientos, sabía que debía obedecerlos.  No me enseñaron mucho las mejores razones para hacerlo, solo sentía que Dios se enojaría si desobedecía.

Las cosas iban más o menos bien, hasta que comencé a conocer el significado de "codiciar", "tener dioses falsos", "actos impuros", "amar a Dios sobre todas las cosas", "honrar a tus padres"...

Entonces ya no era una niña "tan obediente y buena" y me convertí en una esclava del enojo de Dios; creanme, saberse esclavo del pecado es más fácil de llevar.

Recuerdo aquel vestido blanco que con tanto afán me ponía los domingos para ir a la iglesia y yo debía estar puntual a las 9 de la mañana porque ne encantaban las canciones.

Pero me apartó de Dios el ir creciendo y viendo que no solo era "no robar, no mentir y no matar"; porque el niño no solo crece en tamaño sino en preguntas que no todos las sabrán contestar. 

En mi opinión lo primero que se le debe enseñar a un niño es que "Nada ni nadie puede apartarlo del amor de Dios" y luego los mandamientos.

Eso le paso a los israelitas cuando le fueron revelados los mandamientos a través de Moisés,  se volvieron esclavos de la ira de Dios, solo vieron enojo en Dios y como hacía Dios a los que no estaban con Él ¿Quien no vive asustado así?

Con Cristo llega la libertad, no de desobedecer y hacer a un lado el pacto plasmado en piedras, sino de ver el amor de Dios cuando nos marcó límites para que no nos destruyeramos unos a otros y a nosotros mismos sin medida.

En Cristo tienes la libertad de seguir usando aquel vestido blanco que representa la "pureza", porque así te vistió Él y asi te ve vestida Dios a través de Jesús.

¡Felíz día!
#meditandounpoco

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