Que Jesús lave mis pensamientos

*Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Salmos 51:2*

Este Salmo habla del arrepentimiento de David después de tener sexo con Betsabé, y a propósito de lavamiento, me gusta también recordar cuando Pedro pidió ser lavado por completo por Jesús (Juan 13:9).

El tema de la maldad siempre me hace ruido y lo he compartido otras veces, porque igual que David, aún habiéndose acostado con una mujer casada, con alevosía, al parecer pudo dormir tranquilo hasta que fue confrontado.
No quiero imaginarme siendo "malvada", nadie quiere, por eso usamos comodines que le dan colores a las mentiras o decimos que lo hicimos "sin malicia".

Tal fue que cuando Natan le dió un ejemplo "ajeno" a David de lo que había hecho, él ya estaba considerando "hacer justicia" (2 Samuel 12:1-15).

Luego David reconoce que en pecado fue formado y no puede él mismo escapar de su enfermo deseo sexual.

David no se detuvo al acostarse con Betsabé; el pecado no suele frenarse para considerarnos, sino que llega hasta las últimas consecuencias, hasta que alguien más sale muy herido o muere, como sucedió con Urías y el mismo hijo de David.

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Salmos 51:6

Sin Dios lavando mis pensamientos más íntimos y dañados, no podría ni ponerme de pie cada mañana, no se si realmente David pudo dormir después de lo que hizo...

Lo que si aprendió David fue que nada queda oculto a los ojos de Dios y que su misericordia es inmensa; más aun, David supo que algo más podría hacer que quedarse abatido en la culpa...

*Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
Salmos 51:13*

Por eso Jesús le dijo a Pedro: "Si no te lavare, no tendrás parte conmigo." Juan 13:8

Solo Jesús te lava con su sangre, y te deja más blanco y listo para que otros reciban su mensaje de perdón y gracia a través de ti.

#meditandounpoco

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