Gracias a Jesús que se humilló

Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  Filipenses 2:8

- ¿Te cuesta dar gracias? - Me preguntaron
- ¡Para nada! Soy una mujer que se levanta dando gracias por todo...

Y es cierto, soy muy sincera y agradecida, he aprendido que lo que tengo es por la Gracia de Dios, mi vida ha sido de mucho trabajo y esfuerzo, pero reconozco que sin Dios no me hubiera parado ni un solo día.

Repitieron la pregunta: No es si eres agradecida... ¿Te cuesta dar gracias?

Cuando me preguntan lo mismo varias veces, me siento como Pedro, cuando Jesús le pregunto tres veces: Pedro ¿me amas? Y aunque decía que sí, fue a la tercera que se desplomó, pienso yo en real honestidad.

Alguien dijo: Como yo entendía que todo era mío y que yo merecía todo, entonces no daba las gracias...

Medité un poco más y recuerdo muy poco haber agradecido a mami por que me despertó temprano para ir al colegio, o porque encontraba mi comida servida y tapada cada día.  De adulta lo hacía, porque sabía que mami estaba dando la milla extra al preparar café para mi.

*¿Por qué agradezco a Dios?*
Por la vida, por despertar, por mis hijas, por mi trabajo, por mi familia, mís amigos...
*¿Por qué agradezco a Jesús?*
Por morir en la cruz, tomando mi lugar, para que yo ya no fuera condenada por el pecado...

y esta es la conclusión del sacrificio de Jesús por mi.

Hay una primera parte tan difícil para Dios como morir por mi, y soy honesta, es por la que no suelo dar gracias: *hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo*.

Esto no se trata de ponerse al nivel de los hijos para corregirlos, esto se trata de un sacrificio indescriptible para mi y cualquiera.

No importa a que lugar más inhóspito yo haya llegado para ayudar a otros jamás abandoné mi seguridad de quien soy para ocupar el lugar de nadie, para visitarlo sí, no para ser como ellos.

Jesús más que morir por mi, renunció a su majestad al lado de su Padre para ser como yo, la única creación que con alevosía lo irrespeta.

El mensaje se extendería si lo llevará a analizar que tanto sacrifico de mi por otros, no tanto, siempre tendré un límite, donde no vería necesario llegar por otros, aun amándolos; como dice el mismo capítulo:

...cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
Filipenses 2:3‭-‬4

y Jesús no escatimó su poder, su grandeza, su realeza, para llegar a nosotros, y tambien doy gracias a Dios por ese ejemplo de humildad, amor y sacrificio.

¡Felices pascuas!
#meditandounpoco

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Vasti o Ester?

Sin conjeturas

Lo que vi en ti...