Busca la gloria de Dios

Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,  Romanos 3:23

Somos una generación que no reconoce ni medita acerca de la "gloria" de Dios.

No es que no creemos en Dios o en Jesús y su sacrificio por nosotros; pero pienso que nos es más fácil solo pensar en Jesús desde el pesebre hasta la cruz.  Dios hombre, y ya...

La palabra "gloria", también la hemos limitado a algo como "reconocimiento personal", y talvez por eso nos hemos tornado irreverentes ante cualquier concepto divino.

Por eso anhelamos poco,  nos esforzamos menos y meditamos menos, pues las cosas de este mundo, buenas o malas, están a la vuelta de la esquina; requerimos de muy poco para perdernos y para comernos el "buen pan", puede que baste solo con trabajar un poco más.

Esto no es algo nuevo, en el Éxodo, el pueblo de Israel, por temor, pidió a Moisés que él sólo fuera quien hablara con Dios por temor a morir ante su presencia (Éxodo 20:18-19).

Es decir, que no anhelar vivir en la presencia o la gloria de Dios, no es algo que procuremos, porque instintivamente, sabemos que estamos expuestos a morir por ver tanta *"majestuosidad"* (otro concepto para meditar).

Pablo no habla en Romanos de que no alcanzaríamos "reconocimientos personales"; si haces buenas obras, por supuesto que muchos te honraran.

Pero las buenas obras no nos llevan a la verdadera "gloria", la de Dios, la que debería amanecer en mi mente y corazón como un anhelo dado por Dios y la que sólo se alcanza mediante la fe en Jesucristo como salvador.

El significado bíblico de "gloria" no se limita al reconocimiento de hombres por lo que yo hago; se extiende al "regocijo" y reconocimiento de Dios porque he aceptado su plan de salvación: a Jesús.

*"Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti. Isaías 60:1"*

#meditandounpoco

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