La Voz narrativa que me guía

*La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. Proverbios 15:1*

Uno de los capítulos del libro que estoy leyendo de Erwin McManus (El alma artesana), se llama "Voz, la narrativa que guía"; y tiene un ejercicio en el que entre otras cosas y descubrir que ideas han narrado mi vida como para darle forma a mi manera de pensar, también debo identificar de quien (o quienes) son esas voces que han influido en mi.

Para mi asombro, he descubierto que la gente que me ha rodeado siempre, gracias a Dios, desde niña hasta hoy, ha dicho cosas positivas de mi persona, salvo alguna que otra.

Cuando identifiqué la voz que ha dicho palabras de desaliento a mi persona, que ha sido de mayor influencia en mi ¿podrías adivinar quien ha sido? es *¡mi voz!*.

Aunque este proverbio es excelente para aplicar a mi para con otros, como decimos: "si alguien se sube, yo me bajo"; aunque he escuchado muchas historias de discusiones que han tomado más fuerza cuando uno de los dos se queda callado.

Conmigo muchos se pueden enojar y es difícil que de mi salga palabra agresiva así que entre usted y yo, una discusión no prospera más de 2 minutos.

Me he enojado muchas veces conmigo, he peleado y echado discusiones por horas en mis pensamientos, ¿irónico no?

Porque no tengo cosas que "debía" tener si no hubiera sido tan "loca" con mis desiciones.

Y peleaba hasta quedarme dormida; hasta hace poco (lo confieso), que he sido intencional en responderme "amablemente" a mis propias ideas que buscan airarme.

No es egoismo, no es egocentrismo, es que no sabía amarme, entonces ¿Que clase de amor podría darle al prójimo?

Hoy ya no echo leña al fuego de mi espíritu, a menos que sea la de avivar mi fe en Cristo y para elevar la voz de Dios que solo me habla de su amor verdadero.

Que la voz narrativa que hoy me guie, y a ti, sea solo la de Dios y todo lo que somos en Él y para Él.

#meditandounpoco

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Vasti o Ester?

Lo que vi en ti...

Espera en silencio en el Señor