Fuerte como el bambú, pero que me doble el viento

Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica.  ¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran
Salmos 55:1-2

Varios salmos comienzan clamando a Dios que me escuche, reconociendo que él está cuando lo llamamos, que nos escucha, de eso no hay duda alguna.

Reconocer y confesar que mis angustias me perturban es lo que me lleva a los pies de Jesús.

Leí por ahí: "Ser Cristiana no quiere decir que soy la mas fuerte", yo digo, tan fuerte que no pueda doblarme; al contrario, es mi debilidad y mi quebrantamiento lo que me hace fuerte en Cristo para volver a levantarme.

Me aterra lo que siento hoy, pero la luz de Dios está en mi vida, y no importa que tan oscuro sea el valle por el que yo este caminando hoy, Dios me sostiene.

Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. Salmos 23:4

Felíz día!
#meditandounpoco

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