Mejor un desierto con Dios que un Resort sin él

Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán.Salmos 63:3

David estuvo dos veces en el desierto de Judá. La primera vez, huía del rey Saúl, quien ya abiertamente procuraba su muerte (1 Samuel).  Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos» (22.14).

La segunda vez que se encontró en el desierto, es cuando tuvo que abandonar Jerusalén por causa de la rebelión de su hijo Absalón. En 2 Samuel, el rey, «mientras iba, lloraba con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Y todo el pueblo que iba con él cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían» (15.30).

¿Por qué huir a un desierto?

Este salmo surgió en la primera amenaza de muerte para David, y entre el desierto y la espada de Saul, no tenía mucha opción para declararse "vivo", y en estos versos el sabe que aún con su muerte en la puerta, el amor de Dios que ya habia experimentado, superaba sus miedos a morir.

Cuando estamos amenazados de muerte, abrumados, necesitamos un refugio donde apartarnos para que se aclare nuestra mente.

Yo elegiría un resort, obviamente, pero David, en sus huída,  sobretodo ya siendo rey, eligió el desierto, un lugar casi inhospito.  Talvez esas precariedades lo mantenían más cerca de Dios que de su poder como rey.

Sea cual sea nuestra motivación para querer huir de una situación difícil esta bien huir a un refugio, y reconocer que estar en un desierto CON EL AMOR DE DIOS, es mejor que la muerte inminente en manos del enemigo.

Recordemos que en nuestro desierto, no estamos solos, Jesús es nuestra fortaleza, nuestro refugio, hasta que seamos restituidos en el lugar que Dios quiere para nosotros.

#meditandounpoco

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